Luego de la fuerte tormenta que asoló a la ciudad, distintos sectores se solidarizaron con los afectados. La ayuda en muchos casos comenzó en los propios barrios.
Hubo numerosas respuestas solidarias de distintas entidades luego del temporal que se desató en la ciudad la semana pasada. La ayuda en muchos casos comenzó en los propios barrios, donde las sociedades de fomento sirvieron de refugio para evacuados y también se convirtieron en centros de recepción de donaciones.
Además distintas organizaciones sociales hicieron su aporte, no sólo recibiendo y repartiendo donaciones, sino también saliendo a ayudar a refugiarse a quienes más lo necesitaban.
Aunque lo peor ya pasó, muchas personas siguen pagando las consecuencias de la tormenta: algunos perdieron su casa, a otros se les mojó lo poco que tenían; muchos necesitan colchones, ropa, comida, o materiales para reparar los daños ocasionados por el viento y, en algunos casos, por árboles caídos.
Los que ayudaron y siguen ayudando a los más afectados por el temporal son muchos, y es imposible mencionarlos a todos, aunque en esta nota se destacan algunos de todos esos gestos solidarios.
Las sociedades de fomento fueron el primer refugio ante la contingencia del temporal. Los fomentistas de distintas zonas decidieron crear una red de contención a las familias de sus barrios que pasaban dificultades.
Heraldo García, presidente de la Federación de Sociedades de Fomento, explicó que esta iniciativa surgió de inmediato, al ver que que las vías municipales se encontraban saturadas de demandas, y que la gente necesitaba respuestas.
Además las organizaciones sociales que se dedican a ayudar a los que menos tienen y, ante situaciones de crisis, esta solidaridad parece multiplicarse. Por eso, organizaciones que trabajan en actividades muy diversas entre sí, se unieron en las ganas de ayudar a los que padecieron la tormenta.
Por otro lado, el Programa Un Sueño también decidió realizar su aporte a las familias que sufrieron el deterioro de sus casas (en muchos casos ya de por sí en condiciones de precariedad). Para eso, pondrá en marcha un plan para ayudar a las personas que perdieron su casa a construir unidades de vivienda básicas, hechas de material, y sujetas a futuras ampliaciones. El proyecto estuvo a cargo del arquitecto Javier Herrero y, para hacerlo realidad, se necesitan principalmente ladrillos, cal y cemento.